Con compromiso de lucha y resistencia, con celebración y alianza, defensoras de la Madre Tierra llevan a cabo VI Cumbre anual
Los días 20 y 21 de septiembre en la ciudad de Cochabamba, decenas de mujeres articuladas en la Red Nacional de Mujeres en Defensa de la Madre Tierra se reunieron para reanudar compromisos y celebrar un año más de vida como Red. En un abanico de mujeres diversas, indígenas, campesinas, regantes, jóvenes, adultas y niñas, llegadas de diferentes comunidades impactadas duramente por la minería o en resistencia; se generó un espacio de fortalecimiento organizativo y de cuidado mutuo. Recordando el sueño que nació el año 2013, cuando un grupo de mujeres decidieron fundar un espacio de mujeres que resisten al extractivismo minero, empezó una Cumbre más.
El primer día iniciamos con el ritual
acostumbrado por los pueblos indígenas del Altiplano, recordando que somos
parte de la Pachamama, que pedirle permiso y agradecer nuestro encuentro es
práctica ancestral de nuestras abuelas y abuelos. Así con el tradicional
pijcheo de hoja de coca se da inicio a la Cumbre. El primer momento estuvo
destinado a la presentación de las comunidades presentes, entre las cuales se
reafirmaron en la articulación, Realenga, Challapata, Tolapampa, Quesu Quesuni,
Jacha Suyu Pacajes, Norte Potosí y otras más.
Posteriormente, se generó una evaluación del
trabajo acumulado durante un año con imágenes representativas, en las que cada
una de las lideresas, se encontraba y recordaba su trabajo y su lugar en el
tejido de la RENAMAT, (re) construyendo juntas el camino andado hasta ahora.
Por la tarde del mismo día, se dio la
bienvenida a Isabel Anangono, lideresa legendaria de la lucha del valle de
Intag en Ecuador. Su presencia recordó una lucha hermanada por toda América
Latina contra el despojo minero, Intag que lleva más de veinte años de lucha,
que fue afectada por la minería y que luego logró expulsar dos proyectos que
pretendían saquear su territorio, se presentó en el medio de la Cumbre como una
prueba de la lucha de las mujeres. Con esta compañera de otro territorio, se
compartieron los siguientes espacios del Encuentro y para celebrar la unión,
compartimos unas mantas que son símbolo de protección que genera esta Red.
El mismo día por la tarde las defensoras
trabajaron aspectos más emocionales y personales, acerca de cómo el despojo
genera soledades, tristezas, presiones y preocupaciones sobre las mujeres y
reflexionando que, la Red además de ser motor político de las mujeres, es un
espacio de contención y acompañamiento en el que se viven risas y llantos. En
ese sentido, se construyeron islas de sanación y abrazo colectivo, en el que
sentimos la compañía femenina a través de masajes, de peinados, de abrazos y de
recibir cuidado de las otras; además de un trabajo de auto reconocimiento y
auto valoración de la importancia de cada mujer en la lucha.
El día culminó con un concurso de talentos en el cual las defensoras de cada comunidad, demostraron sus capacidades de baile, canto y alegría, compartimos canto y bailes afroecuatorianos con la hermana Isabel y a ritmo de morenadas, con polleras de todos los colores, celebramos la lucha de las mujeres y su lucha por la vida. Al mismo tiempo se entregaba una ofrenda a la Pachamama agradeciendo la oportunidad de reuniros y pidiendo mayor fuerza para el futuro.
El día siguiente empezó con un análisis de
contexto sobre la emergencia ambiental que estamos viviendo a partir del
incendio que amenaza a la Chiquitanía. A partir de videos que demuestran la
catástrofe, se hizo un balance doloroso del saqueo y de las responsabilidades
en manos de los proyectos y del Estado. Las defensoras coincidieron en la
necesidad de sumarse a las acciones de demandas y a la solidaridad con las
hermanas y ermanos que están viviendo este desastre y, con todo el ecosistema
que se está perdiendo, producto de este debate, salió un pronunciamiento.
Posteriormente se trabajó las acciones que se
proyectan para los siguientes meses. Como mujeres que siembran, cada uno de los
sueños se gestaron con nombre de semillas del Altiplano: haba, papa, quinua,
también de frutales como manzana y durazno.
En cada una de estas semillas se construyó
colectivamente los proyectos enfocados en tres líneas, las acciones de la
RENAMAT en cada una de las comunidades, lo que se espera que la RENAMAT haga de
forma general, los logros que se esperan de la RENAMAT como articulación
nacional y, los nuevos contenidos que se quieren trabajar en la Escuela
Itinerante de Defensoras de la Madre Tierra.
A modo de planificación se establecieron
algunas líneas de acción y propuestas prioritarias para intervenir en cada uno
de los procesos que conforman la RENAMAT. A manera de agradecimiento se entregó
un presente a Isabel Anángono por su visita y así la Cumbre cerró con un Cuarto
Intermedio, como se acostumbra.
Sin embargo, después compartimos un almuerzo y
un concurso de tejido en el que recordamos cómo cada mujer en los territorios
hila su lucha, su futuro y su defensa de la vida, cómo este tejido es colectivo
y nos llevamos de recuerdo unos palillos para seguir tejiendo resistencia.
Finalmente, por la noche en el medio del pijcheo de hoja de coca, se compartió
un momento de alianza y fortalecimiento de los vínculos, recordamos cómo llegó
cada una a ser parte de la Red, de los obstáculos y de las esperanzas para
seguir reproduciendo la vida en comunidad.